¡Cuántas cosas pasan!

Decenas de personajes, provenientes de distintos encargos que he ido guardando con los años, coinciden ahora en este nuevo espacio;  la plaza del barrio, que toma forma de vitrina me ha permitido museizarlos como si de una colección de mariposas se tratara y darles un nuevo propósito.

Componer con ellos es fácil y divertido, y con las agujas hago y deshago amistades y conflictos a mi antojo de una forma sencilla.

Totalmente desprovistos de señas o detalles que cuenten cualquier otra cosa que no sea esencial a su función, me ayuda a enfatizar el  propósito de la acción; así, por ejemplo…el boxeador derrotado jamás tuvo un fracaso tan grande, y… cómo de manifiesta resulta la distancia entre los dos enamorados sentados en el banco! Y por qué el policía de tráfico recrimina a nuestros divertidos Vespistas.  Cualquiera a su gusto puede asignar nuevos roles a los actores recortados, e inventar nuevas historias y situaciones. Os animo a encantaros delante de ellos unos segundos y a imaginar nuevas historias.